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miércoles, 17 de agosto de 2011

A la Ilustre Villa, La Fortificada

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

Ante la inminente llegada de las Fiestas Patronales de la Bajada de Jesús en Almazán, me gustaría dedicar unas líneas a tan antigua tradición que hace que nuestras raíces perduren en el tiempo, tan efímero para todo lo que toca a los asuntos humanos.

Adnamantia est municipium Hispaniae in Castella et Legio.

Almazán, Villa y Corte, Corte de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, Reyes Católicos, hacedores de mundos y conquistadores de imperios, que hacían de la itinerancia  su modo de vida, llenando con su presencia los más recónditos lugares del Reino, dejando así su impronta en un camino inmortal que la memoria imperecedera de la Historia se encargará de mostrar.

Como olvidar los amoríos febriles del príncipe Juan por su princesa austriaca, paseados con denuedo bajo los artesonados de la arcada gótica del palacio de los Hurtado de Mendoza. Soñando con un proyecto de futuro brillante y glorioso en las postrimerías del siglo XV y que la mano caprichosa de la muerte  se encargó de truncar.

Almazán, la Noble, con su escudo heráldico en el que despunta  ese árbol desarraigado, para unos higuera, para otros encina, para otros manzano, que refleja los honores y privilegios recibidos por la villa en el transcurso de los años.

Almazán, la Imperecedera, testigo mudo del paso de diversas manifestaciones culturales que la enriquecieron con sus distintas interpretaciones de la vida y del mundo que les rodeaba. Desde sus primeros asentamientos en la Edad del Bronce y del Hierro, pasando por su época celtibérica y romana, hasta llegar a ser territorio de frontera entre árabes y cristianos, para finalmente conseguir sus  fueros y leyes de manos de Alfonso VI.

No quisiera extenderme en más evocaciones históricas, de seguro apasionantes, simplemente anotar para finalizar un hecho importante para la época: "Facta charta in Almaçan, fub Era. M.C.XCVI. menfe Ianuario; anno quo dominus Alfonfus famofifsimus Hifpaniarú Imperator obijt: Rege Sanctro de Nauarra exiftente vaffallo domini Regis", que indica la creación de la Orden de Caballería de Calatrava, que tuvo lugar en Almazán en el siglo XII.

En la actualidad, Almazán sigue tomándole el pulso a la vida diaria que empuja a sus naturales a no cejar en la costumbre de seguir la línea marcada por sus antecesores. Sus fiestas de la Bajada de Jesús son un fiel testimonio de ello. Aunque con el paso del tiempo el carácter místico ha cedido paso al profano, no por eso un adnamantino deja de acudir al asombroso despliege de fervor sincero durante la procesión de ese Cristo que permanece triste y solitario la mayor parte del año en su ermita.

Y durante el impresionante espectáculo de "la Traca", con la quema de los innumerables cohetes y  resto de parafernalia pirotécnica, es necesario también prender todos los sentimientos negativos acumulados durante el año, lo que  permitirá  quitar la pesada bruma que empaña nuestro devenir por este mundo de excesos e insolidaridad.

Desearía enviar un fuerte abrazo a mis sobrinos Cristina y Carlos, seguidores acérrimos de las fiestas de Almazán, que seguro se lo estarán pasando fenomenal. Animo con vuestro especial modo de preservar los valores que realmente importan. Felices Fiestas.



La Ronda. Almazán
Finalizado Julio 2011


2 comentarios:

  1. Me encantan tus obras, tienes un talentazo !

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  2. He tenido la oportunidad, en varias ocasiones, de visitar Almazán en diferentes épocas del año, incluido en fiestas. Es de destacar lo bella que es la Villa y Corte de Almazán y el amor incondicional que tienen los lugareños a su tierra. Pero como ocurre en muchos lugares de España, se están olvidando las buenas costumbres, tradiciones y buen hacer y se están sustituyendo por la fiesta, ruido y bebida, lo que hace que se enturbie el sentido de las fiestas y la Historia de Almazán.

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