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martes, 27 de septiembre de 2011

Rompiendo lanzas por la Hispanidad. Parte Primera

Eduardo Beltrán y García de Leaniz / Madrid


Con motivo de la próxima celebración del 12 de octubre, día de la Hispanidad, quiero dejar constancia de mi pasión por unas comunidades a las que nos unen unos lazos inmutables e imperecederos. Nada de lo que afecta a América nos es ajeno.

Los españoles fueron los artífices de la creación del primer imperio colonial moderno, llevando la europeización al continente americano, e iniciando al mismo tiempo un proceso de mestizaje y transculturación en un encuentro étnico, biológico y cultural de inmensas proporciones. Hay que recordar en este sentido que el colonialismo inglés jamás tuvo el más mínimo interés en mezclarse con las culturas autóctonas, pues consideraban impuras otras razas que no fuesen la suya.

En el descubrimiento y conquista, los territorios americanos nunca fueron considerados colonias, sino que, jurídicamente se consideraban provincias y reinos en igualdad de condiciones con los reinos hispanos. No fueron colonias de explotación, ni factorías, ni se poblaron con colonias de penados como hizo Inglaterra. España envía lo mejor, llevando las  mismas leyes peninsulares y creando una nueva cultura  en la que no se practica la segregación. Y destacar como elemento principal la evangelización. En esa época evangelizar era culturizar.

El gran hecho histórico del descubrimiento y colonialismo de América ha sido muy polémico desde sus comienzos. Habría que decir en primer lugar que a lo largo de la Historia de la Humanidad todo choque de culturas y civilizaciones diferentes  ha significado violencia, y en el caso de España y América no iba a ser distinto. Si bien es de elogiar que las críticas sobre los abusos cometidos en los primeros años de conquista por los conquistadores españoles, partieron de la propia España. Es decir, se estaba haciendo una dura autocrítica por parte de un buen número de españoles, sometiendo a una comprobación ética toda la labor llevada a cabo en América.

Jamás el imperialismo inglés ha hecho autocríticas de su propia política colonial. Siempre las críticas han venido de fuera. Quiero resaltar en este punto, que España, junto a Estados Unidos, han sido los únicos países en el mundo que han sometido a autocrítica toda su actuación imperial.

A partir de ahora siempre me referiré a Inglaterra como la otra cultura decisiva  relacionada con América, reflejando las grandes diferencias de ambos imperios. Se habla de América Hispana y de América Anglosajona. Aunque son dos colonizaciones muy distintas, fruto la hispana de la construcción y la anglosajona de la expansión. También son dos conceptos muy diferentes de ver la vida: la América Anglosajona del Norte es protestante, pragmática y el concepto económico es su máxima finalidad, mientras que la América Hispana es católica, idealista y humanista.

La situación es que las acusaciones llevadas a cabo por los críticos españoles se difundieron muy pronto por Europa, y se exageraron de tal forma, que Holanda e Inglaterra (los máximos instigadores) las utilizaron como armas arrojadizas contra la política religiosa y militar de la Monarquía Hispánica. No olvidemos que la Monarquía universal española era la más poderosa y extensa de Europa lo que la convirtió en la mayor potencia de occidente.

Y de aquí surgió La Leyenda Negra, con la consiguiente descalificación y condenación de todo el país. Leyenda injusta, cruel e interesada que bien podría atribuirse a los países que la inventaron. Pero la realidad fue que esta leyenda hizo más daño a España y a su prestigio que todas las guerras llevadas a cabo durante los más de 300 años que duró el Imperio Español.

Citaré la definición que de La Leyenda Negra hizo Manuel Fernández Álvarez: "Cuidadosa distorsión de la historia de un pueblo, realizada por sus enemigos, para mejor combatirle. Y una distorsión lo más monstruosa posible, a fin de lograr el objetivo marcado: la descalificación moral de ese pueblo, cuya supremacía hay que combatir por todos los medios".

Los abusos y violencia cometidos sobre la población indígena por parte de los conquistadores siempre contaron desde el principio con voces españolas que se alzaron contra estos métodos, teniendo a los dominicos  como sus principales valedores. España llegó a plantearse la legitimidad de la conquista, siendo el único país del mundo que ha sometido a crítica y revisión toda su labor colonizadora. Ya en la época, entre 1550 y 1551, se llevo a cabo en Valladolid la famosa controversia teológica entre el padre Las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda sobre la validez de la conquista. Asimismo señalar la polémica teoría de los Justos Títulos de Francisco de Vitoria respecto a la legitimidad o no que Castilla tenía sobre las Indias, basada en el Ius Naturale. Vitoria puso las bases del Derecho Internacional.

Como consecuencia de todo esto, la Corona dictará toda una serie de leyes que tenían como misión proteger al indio, entre las que destaco las Leyes de Burgos de 1512, las Ordenanzas de buen tratamiento a los indios de 1524 o las Leyes Nuevas de 1542. Todas ellas incorporadas en la Recopilación de las Leyes de Indias.

Quisiera señalar en este sentido, la gran preocupación de la reina Isabel la Católica por la defensa de los indios. Así, el testamento de la Reina, redactado en 1504 dice: "...por ende suplico al Rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la dicha Princesa mi hija y al dicho Príncipe su marido… no consientan ni den lugar que los Indios vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados..."

Otra de las grandes diferencias entre anglosajones y españoles es la idea de ennoblecer las Indias que llevo a cabo la Corona española. Cuando se independizaron las 13 colonias americanas de Inglaterra en 1776, no existía en su territorio ni una sola universidad, ni una sola catedral, ni palacios, ni monasterios, ni iglesias, ni edificios oficiales… los ingleses no habían llevado ni construido nada en América. Cuando se independizaron las colonias españolas, todo este enorme territorio que abarcaba desde California hasta la Patagonia estaba sembrado de más de 30 Universidades, decenas de Catedrales, miles de Colegios y Bibliotecas, Escuelas, más de 70.000 Iglesias (sólo en el primer siglo), cientos de Conventos, Palacios, Edificios Gubernamentales. Las primeras Universidades se fundan en Santo Domingo en 1538, en México en 1553, en Lima en 1553, en Bogotá en 1580, en Quito en 1786, en Santiago de Chile en 1619, en Sucre en 1624,... a las que asisten alumnos españoles, criollos, indígenas y mestizos. La imprenta se funda en México en 1537 y en Lima en 1583,... y así podría seguir enumerando sin cesar.

Quisiera terminar esta primera parte citando el título del último libro de Carmen Iglesias: "NO SIEMPRE LO PEOR ES CIERTO".





Bosque encantado
Óleo sobre lienzo
1992

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Antonio López: lo sublime hecho realidad

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

Si tuviera que describir la Exposición de Antonio López en el Museo Thyssen con una sola palabra la calificaría de sublime. Un genio de la pintura contemporánea al alcance de nuestros sentidos, los cuales se sienten desbordados ante tanta creatividad y talento.

Las pinturas, los dibujos y las esculturas que se exhiben son fiel reflejo de un alma enamorada de la vida, recreando el tema insistente en su creación como es la figura humana. La exposición se encuentra divida en dos etapas correspondientes al trabajo de las últimas décadas y una retrospectiva desde sus orígenes.

Destacar en esa primera parte, además de la figura humana, los temas de la ciudad de Madrid y el árbol, los cuales han sido constantes en estos últimos años, llevándolos a su máxima expresión hasta plasmar la esencia misma del objeto.

Destacar como una característica muy especial de la pintura de Antonio López el hecho de interrumpir el trabajo de sus obras y reanudarlo un tiempo después, ya que percibe la realidad como un proceso tranquilo y susceptible de cambios. Quizás a esta particularidad se deba ese acabado o no acabado extraordinario de sus obras que las hacen incomparables. En las propias palabras de López: "una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades".

El realismo insuperable que hace gala en sus obras tiene la capacidad de implicar al espectador y hacerlo sentir partícipe de sus emociones. Un realismo que es imposible vincular al realismo o hiperrealismo vigente en la actualidad tanto en Europa como en Estados Unidos.

Por lo que se refiere a las vistas de Madrid, es realmente impresionante Madrid desde la torre de bomberos de Vallecas (1990 - 2006) que da la impresión de ser una maqueta, o Madrid desde Capitán Haya (1987 - 1996), una de mis favoritas.

Mención aparte son los cuadros cuyo tema es la Gran Vía madrileña. La obra Gran Vía (1974 - 1981), da comienzo a una serie de obras con los edificios de la Gran Vía como protagonistas con esa unificación de luz y color únicos que confieren a los trabajos un halo de "irrealidad" muy real. Me fascina Gran Vía, 1 de agosto, 13:45 horas (2010 - 2011).

También destacaría entre mis favoritos Nevera nueva (1991 - 1994) y Terraza de Lucio (1962 - 1990), verdaderamente admirables.

Por lo que respecta a la escultura, sin palabras ante Hombre y mujer (1968 - 1994). Aunque este grupo escultórico ya lo había visto en una exposición en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 2001, la contemplación actual de la obra me produjo una sensación de sosiego y meditación. Ver como estas figuras talladas en madera de abedul conseguían atraer toda mi atención me recordaba a una sensación parecida que tuve al contemplar algunas esculturas egipcias en el Museo Egipcio de El Cairo.

Es interesante señalar la desproporción entre la figura masculina y la femenina, huyendo del canon de las proporciones humanas.

También me gustaría resaltar los espléndidos dibujos de su serie de los membrilleros, con esa maraña de líneas y planos superpuestos que denotan la maestría de una técnica de enorme complejidad.

La segunda parte de la exposición se centra en una mirada retrospectiva de su obra desde sus inicios en donde lo mágico y simbólico tiene un papel fundamental, hasta finales de los años 60 en donde la objetividad cobra su máximo protagonismo.

Gran parte de estas obras ya las había contemplado en su exposición antológica de 1993 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de la que destacaría los retratos familiares y Taza de váter y ventana (1968 - 1971).

Felicitar gratamente al Museo Thyssen por esta gran exposición que nos ha posibilitado la oportunidad de ver a uno de los grandes pintores de nuestros días.



Segador
Cera sobre papel
1979


viernes, 16 de septiembre de 2011

Hispanoamérica, Iberoamérica o Latinoamérica

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

Es bastante común escuchar o leer en todos los medios de comunicación, como asimismo oír a personas de toda índole utilizar el término Latinoamérica o América Latina  como algo totalmente aceptado, incluso personalidades de las más altas Instituciones españolas  lo emplean en todo tipo de actos, y en los sistemas educativos españoles es el término que se aplica.

Y si en España es el término que se utiliza normalmente, en los países a los que se refiere pasa a ser el más comúnmente aceptado por toda la población. Lo cual resulta realmente sorprendente, pues es un termino que no les define, ni por su cultura indígena, ni por su cultura española.

Yo estoy totalmente en desacuerdo con el uso de este término, que no indica para nada el origen grandioso de los pueblos Iberoamericanos, un mundo que abarca desde Alaska hasta la Tierra de Fuego, recorriendo todo el Continente Americano de norte a sur. Es completamente incorrecta su utilización. 

En este contexto, me gustaría explicar los motivos que me llevan a esta conclusión. En primer lugar  destacar que los más insignes hispanistas del mundo, entre los que pongo de ejemplo al incomparable John H. Elliott, como asímismo la Real Academia Española de la Historia y el resto de Academias de los países iberoamericanos, utilizan la palabra  Hispanoamérica o Iberoamérica , ya sea para referirse a los países de lengua española o a los paises de lengua española y portuguesa. Se habla de Cumbres Iberoaméricanas.

Fueron los españoles, y en menor medida los portugueses los que llegaron a las "Indias". Fueron los pueblos ibéricos los que fundieron su cultura con las culturas autóctonas americanas. España llevó lo  mejor que podía llevar: SU CULTURA, la cual se fusionó con las civilizaciones precolombinas creando una simbiosis perfecta que dio lugar a un mestizaje asombroso que hoy en día es un ejemplo de belleza y grandeza.

Hispanoamérica fue una prolongación de  España en las Américas. España siempre consideró a todos estos territorios descubiertos como provincias españolas, y sólo en el último momento pasaron a ser colonias debido al clima económico y político imperante en el siglo XVIII.  Decir en este sentido que Inglaterra siempre considero a sus territorios conquistados desde el inicio como colonias de explotación. Pero no es este el momento de hablar de lo que llevó y se llevó España, o de lo que impuso o dejó de imponer, ya escribiré sobre este apasionante tema en otra ocasión.

Por lo que se respecta a la denominación "latino", hay que decir que se refiere a los naturales del Latium, zona histórica geográfica de Península Itálica, región cuna del Latín. Los latinos fueron progresivamente conquistados por los romanos ya desde la época monárquica (753 a. C.-509 a.C.).

Para llegar al origen de este vocablo tenemos que remontarnos a mediados del siglo XIX, donde es utilizado por primera vez en una conferencia en Paris. Los franceses de la época, ávidos por destruir todo lo que significase la gloria del Imperio Español, apoyaron inmediatamente el término América Latina, y fue Napoleón III en sus intervenciones militares en México quien lo popularizó en un intento de incluir a Francia en el área de influencia de Hispanoamérica, y quitar a España todo el protagonismo en la zona y al mismo tiempo desprestigiarla a los ojos de los mejicanos.

Hay que decir que fue Francia la que para su propio interés extendió el uso de "latino" para todos aquellos países que hablasen idiomas derivados del latín. Pero la realidad es que ni franceses, ni otros pueblos latinos, llevaron a cabo la gran obra americana que llevó a España a ser la  artífice de una de las mayores gestas de la Historia de la Humanidad. Además, las escasas colonias francesas en el Caribe no se parecen en nada histórica o culturalmente al resto de países iberoaméricanos.

Se habla también con frecuencia en foros internacionales del concepto América Latina vinculado a aspectos económicos, sociológicos o antropológicos, ademas de culturales, lo cual no deja de ser una forma más sutil "de rizar el rizo". El hecho es que no convence de ninguna forma.

Las culturas nativas americanas unidas a la cultura española han creado unas Sociedades políticas, demográficas, culturales y económicas a nivel mundial con una de serie de valores e intereses comunes de tal magnitud que a veces ni nosotros mismos somos conscientes de ello. Por ello es de honor reconocer el nombre de estas tierras como HISPANOAMERICA o IBEROAMERICA.




Raíces y Emigrantes
Óleo sobre lienzo
1986




miércoles, 7 de septiembre de 2011

Vídeo de la Bajada de Jesús de Almazán 2011. La Traca

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid


Vídeo que tomé el 4 de septiembre de 2011 a las 22:00 horas, en el cual podrás comprobar el maravilloso despliegue pirotécnico que se hace en honor de Jesús Nazareno dentro de las Fiestas Patronales de la Bajada de Jesús de Almazán. Realmente impresionante aunque esté realizado con un móvil.

Cuenta la tradición que esta imagen de Jesús Nazareno tenía fama de milagrosa, por lo que los sorianos llegaron a Almazán para llevársela en procesión hasta Soria y dejarla allí. Pero he aquí que aconteció que cuando se la estaban llevando y al tratar de cruzar el puente, la imagen de Jesús se quedo parada y no pudieron moverla.

Y en ese mismo lugar donde se paró, la villa de Almazán le construyó una ermita, justo al comienzo del puente, para rendir homenaje a Aquél que no quiso dejar Almazán. 

En esta ermita permanece todo el año hasta el comienzo de las Fiestas en las que una semana antes se celebra la procesión de la Subida de Jesús hasta la iglesia más alta de Almazán, Nuestra Señora de Campanario con su triple ábside románico del siglo XII. 

Y el primer domingo de septiembre se celebra la Bajada de Jesús, procesión que al llegar a la Plaza Mayor es ofrendada con la famosa Traca, que podéis ver en el vídeo. Al llegar a la Puerta de la Villa, se da la vuelta a la imagen de Jesús, y hace de espaldas todo el trayecto hasta su ermita, siempre mirando a Almazán.



Pintura de La Ronda expuesta en las Fiestas de Almazán

martes, 6 de septiembre de 2011

Teotihuacán versus Roma. Naturaleza e Ideal

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

Puede parecer un título ciertamente insólito o extravagante, ¿cómo es posible relacionar una exposición de arte precolombino con otra de pintura italiana del siglo XVII? La verdad parece una temeridad.

La razón se encuentra en la proximidad de ambas exposiciones en el tiempo (fecha) y el espacio (lugar), lo que me ha permitido visitarlas el mismo día de una forma tranquila, algo realmente inusual en una urbe como Madrid.

Aunque, pensándolo mejor, en un mundo complejo como el del arte tampoco sería algo tan desacertado establecer similitudes ante expresiones tan dispares como estas. La gran diversidad de brillantes colores de las pinturas murales de los edificios y templos teotihuacanos  en su época de esplendor expresando diversos aspectos de la vida, podrían tener un cierto paralelismo con el uso de los colores en la pintura paisajista italiana del XVII.

Quedé totalmente fascinado por la Exposición "Teotihuacán, Ciudad de los Dioses" en CaixaForum. Tengo que admitir que soy un eterno enamorado de las culturas precolombinas, sobre todo las del Valle de México y las andinas peruanas. Siento debilidad por Iberoamérica.

La historia y el origen de los fundadores de Teotihuacán sigue siendo un misterio al igual que su abandono después del siglo VII d.C. Los investigadores barajan muchas hipótesis acerca de la desaparición de una ciudad que llegó a tener más de 150.000 habitantes, siendo una de las más creíbles  la sobrepoblación y el agotamiento de los recursos naturales, lo que llevaría a guerras y saqueos, quedando huellas de su destrucción  por la acción de grandes incendios.

La colección de piezas que forman la exposición son extraordinarias, provenientes de los mejores museos de Méjico. Son realmente increíbles. Es de destacar un fragmento arquitectónico en forma de  disco que representa a la muerte con un cráneo humano en el centro que se refiere a la muerte del Sol, que tiene lugar cada día al llegar el ocaso para renacer por la mañana.

Y una pieza muy sugerente en lo que a mi concierne es una paleta de pintor, que muestra los compartimentos para los colores que usaban los pintores teotihuacanos con los que decoraban las vasijas, códices y murales, para rendir homenaje a sus dioses.

También me llamaron poderosamente la atención los braseros ceremoniales de arcilla con esas tapas profusamente decoradas y escenificadas con multitud de detalles cargados de gran simbolismo. Igualmente la colección de máscaras, quizá las piezas más conocidas de la escultura teotihuacana, muchas de ellas rituales que fueron utilizadas en fiestas y ceremonias religiosas.

Hay un conjunto de figurillas antropomorfas muy interesante que representan bebés con sus madres y mujeres con tocados muy originales. Y finalizaré distinguiendo la imagen de Xalla, el cautivo de mármol de Teotihuacán, una espectacular figura masculina de simetría bilateral que pertenece al grupo de esculturas que se colocaban en el interior de los templos o se enterraban en las grandes pirámides, con rasgos muy significativos entre los que despunta la incómoda posición de los brazos, pegados a los costados.

Por lo que respecta a la exposición del Prado, un detalle que despertó mi interés es que la mayoría de los artistas de la exhibición no eran de origen romano o italiano, sino que procedían de varios países europeos y que sintieron una atracción perturbadora por la belleza de Roma y sus alrededores, creando un estilo propio que dio origen al género del paisaje en Roma.

Es una pintura donde armonía y serenidad ocupan un lugar primordial, la naturaleza es el centro de atención, enmarcando a unos personajes que a veces parecen superpuestos sobre el paisaje. 

Son de destacar las sucesivas composiciones arbóreas, impresionantes en sus múltiples tonalidades y efectos de luz, producto de diestras pinceladas cargadas de pigmento y que abarcan desde los primeros rayos matinales hasta la serena luz matizada del atardecer.

Y sin tener el más mínimo asomo de crítica hacía este género, quisiera puntualizar que en algún momento me resulta difícil encajar a los múltiples personajes dentro de los paisajes, me da una idea como si estuvieran añadidos encima de la pintura con esa explosión de colores brillantes y su detallado contorno que delatan una perfectisima expresión de cara y movimiento.

Quisiera señalar asimismo dos maravillosas pinturas de Cornelis van Poelenburg, tituladas "Vista de Campo Vaccino" y "Ruinas romanas y bajorrelieve"  donde el entorno paisajístico  y los personajes se envuelven en una atmósfera perfecta de armonía de luz y color que transmite serenidad y orden.

Me encantaron también, dos pinturas de Salvator Rosa: "Paisaje con un puente roto" y "Paisaje lacustre con ganado".

Y distinguir, como no, las obras de Claudio de Lorena, posiblemente el paisajista de más talento del siglo XVII, con esa sucesión de planos que recuerda los decorados teatrales, en los que la utilización de la luz de una forma directa y natural ocupa el centro de todas sus pinturas.

En definitiva, dos buenas muestras de la oferta cultural de la Villa que no hay que perderse. Impregnarse tanto de arqueología mesoamericana como de arte romano es una buena forma de enriquecer nuestra sensibilidad artística.



Sequía
1988