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lunes, 18 de junio de 2012

Hopper, el pintor de la melancolía


Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

Es uno de mis pintores favoritos. Tener la oportunidad de contemplar en Madrid esta magnífica  exposición de Edward Hopper es un auténtico lujo. Es la primera vez que puede admirarse en Europa una exposición tan completa del genial pintor norteamericano. Fuera de Estados Unidos nunca se ha podido ver una obra de Hopper de tal magnitud. Gracias al Museo Thyssen-Bornemisza los españoles podemos admirar todo el esplendor de este artista de la melancolía en 73 obras.

Nacido en Nyack, una pequeña villa a orillas del río Hudson, Hopper empezó a dedicar su vida al mundo de la pintura, en la cual encontró el medio de expresar magistralmente las variables luces del día, y plasmarlas en sus obras. Para mí, la luz es una de las características más sobresalientes del pintor. Es increíble el efecto que las luces cambiantes tienen en sus trabajos, resaltando detalles que ya de lejos percibes con claridad. Pienso que esas pinceladas de luz son las que dan el toque mágico que desprenden todas sus obras. Sus personajes son esenciales, son imágenes de personas que pasan en ese momento, son personas que denotan soledad, melancolía, y que quedan grabadas en la memoria de los que las contemplamos de una forma natural. Hopper es un creador de escenas.

Es un pintor de la cultura genuina norteamericana, a la cual dedica la totalidad de su obra. Esa sociedad americana de la época, un tanto provinciana, que tanto le recuerda a su pueblo natal. Sus temas favoritos son los objetos más cotidianos, las casas de ladrillos, las vías del tren, estaciones de gasolina, pero sobre todo destacaría sus personajes solitarios, sobre todo mujeres, absortos en habitaciones vacías en donde todo lo superfluo queda relegado, y el tiempo se detiene sin prisas. Sus desnudos femeninos tienen la fuerza de un erotismo emotivo más que sensual. Sólo pinta lo esencial. Era un pintor solitario, quizá por eso la soledad fue un tema importante en su pintura. A pesar de estar asentado en Nueva York, jamás plasmó en sus lienzos los rascacielos de la ciudad.

Otra de sus características, fue el tiempo que dedicada a cada obra. Tardaba mucho tiempo en pintar sus cuadros, y con una técnica depurada, iniciaba un proceso creativo lento que imprimía a sus escenas pictóricas de un halo fantástico de realidad asombrosa que calan en la memoria colectiva universal.

En cuanto a la soledad de sus personajes, destacaría "Habitación de hotel", una obra magistral en donde la protagonista no se sabe si está leyendo o tiene la mirada perdida en un punto. También "Hotel junto al ferrocarril" y "Mañana en una ciudad". En cuanto a paisajes destacaría "La casa de los Abbot", "Árbol seco y vista lateral de la casa Lombard" y "The Camel´s Hump".

Mención aparte haría de "Casa junto a la vía del tren", la famosa casa que copió Hitchcock para su  película "Psicosis", convirtiéndola en el Motel Bates, casa que transmitía a la perfección su inquietante destino. En este sentido, decir que la obra de Hopper transmite un cierto aire cinematográfico a sus escenas y a sus personajes, motivo por el cual, muchos cineastas copiaron algunas de sus obras para plasmarlas en sus películas. Al final de la misma exposición, podemos ver una recreación cinematográfica de su obra "Sol de la mañana", ejecutada por el cineasta Ed Lachman, en la que los propios visitantes pueden tomar parte.

Con su espléndida obra "Dos cómicos" (1966), que están representados por el propio Hopper y su esposa, se cierra el último capítulo de su gran escenografía. Es como una despedida de escena. Fue su última gran obra. Hopper murió unos meses más tarde.

Terminaré resaltando los magnificas acuarelas y grabados del autor. Son realmente unos trabajos exquisitos, bellísimos, llenos de vida, con una técnica sumamente depurada, y que muestran la faceta de gran dibujante de Hopper.

Edward Hopper, posiblemente el mejor pintor de Estados Unidos del siglo XX, que supo captar como pocos la esencia de esa sociedad norteamericana del momento. Una exposición que nadie debería perderse.




Autoretrato
Óleo sobre lienzo
1977

1 comentario:

  1. También es uno de mis pintores favoritos, sus obras transmiten algo que no se te olvida nunca. Tu artículo describe a la perfección la esencia de la pintura de Hopper.
    A.P.

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