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martes, 19 de mayo de 2015

Almazán en el catastro de 1751

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid


Las Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada constituyen la más exhaustiva y antigua encuesta realizada sobre los pueblos de la Corona de Castilla en el siglo XVIII. Se llevó a cabo sobre 14.672 entidades de población. En sus documentos quedaron registrados más de siete millones de personas y varios cientos de millones de piezas de tierra, se contaron las colmenas, los árboles, cada una de las cabezas de ganado,... no quedó casa, ni corral, ni tienda sin medir,... un exhaustivo informe registrado en 78.527 volúmenes que pretendía implantar una reforma fiscal y un registro de bienes, que sin embargo no entraron en vigor.

Por lo que respecta a las respuestas dadas por los representantes de la Villa de Almazán a las autoridades allí desplazadas en el año 1.751, es enorme  la cantidad de datos interesantes que se pueden obtener de esa época sobre esta villa castellana.

"En la Villa de Almazán, a veinte días del mes de enero de mil setecientos cinquenta y un años, el señor Don...", así comienza el llamado interrogatorio, al que las autoridades locales debían responder, bajo juramento,  ayudadas por peritos, y que constaba de 40 preguntas sobre el nombre, límites, jurisdicción, fuentes de riqueza de los vecinos y el concejo, incluyendo campos, casas, cultivos, ganadería, comercio e industria, y número de contribuyentes.

Después de leerla, me gustaría mencionar unos cuantos datos sueltos que, como amante de la historia y adnamantino, me han parecido interesantes, y que he transcrito para facilitar la lectura:

"...La Villa de Almazán es un  señorío perteneciente al Marqués de Almazán, Conde de Altamira..., la población de la villa se componía de cuatrocientos noventa y un vecinos..., hay cuatrocientas treinta y cinco casas habituales, dos inhabitables y veintitrés arruinadas..., hay 10 iglesias parroquiales: San vicente, Campanario y Santiago, San Miguel y Santo Domingo, San Pedro y San Andres, Santa María..., dos hospitales, el de San Lázaro y el de Nuestra Señora de Guadalupe..., tres conventos, Santa Clara, San Francisco y otro de Capuchinos..., novenas y rogativas a Nuestra Señora de Campanario...,

...dos casas destinadas a tabernas..., otra destinada a tienda de pescados, aceites y vinagres..., otra casa destinada a carnicería..., cuatro mesones..., abastos de panadería..., se celebra un mercado los martes de cada semana en el que se vende cáñamo, lino, legumbres, trigo, avena, cerdos..., se celebran dos ferias al año en esta villa, una en Todos los Santos, a primeros de noviembre y otra el día de San Pedro, el 29 de junio...,

... José Redondo Gamarra, sacristán y organista de las parroquias de Santa María y San Salvador...,  Juan Muñoz, cura propio de la parroquia de San Esteban..., 23 clerigos..., 19 maestros alfareros..., 6 tejedores de paño..., 2 pescadores de barco...,35 jornaleros..., 21 pobres de solemnidad...,

...Pedro Lumbreras, Juana López Motenegro, Manuel Antonio Martínez de Azagra, José Almarza, Ignacio Laínez, Antonio Fernández de Velasco y Medrano, Gutierrez Caravantes...

...el Marqués de Almazán, Conde de Altamira, nombra anualmente 2 alcaldes ordinarios por los Estados Noble y General, 6 regidores, un procurador y un alguacil...,"

En fin,una información curiosa que nos acerca más a la historia de esta villa.Y aunque la caligrafía de los documentos es excelente, una transcripción es neceraria  para poder entender sin problema esa valiosa e interesante información de mediados del siglo XVIII.





 

martes, 5 de mayo de 2015

Árboles del Retiro

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid


Por fin he cumplido la promesa de pintar alguno de esos fascinantes árboles que pueblan el Parque del Retiro de Madrid. De todos los bocetos que he estado realizando durante los últimos meses sobre diversos arboles que pueblan este magnífico parque, me he decantado por la singularidad de estos centenarios pinos carrascos, recortando con sus copas grandiosas el cerúleo cielo madrileño.

He querido plasmar ante todo, envolviéndolas en una luz muy especial, las siluetas esbeltas e inconfundibles de estos gigantes arbóreos, desnudos en sus interminables troncos, hasta llegar a la parte final, cuyo entramado de ramas se convierte en una especie de parasol con abundantes frondas.

Sus formas sinuosas, su increíble altura y tamaño, junto con el verdor de sus hojas aciculares le dan un porte muy característico, destacando sobre los demas congéneres botánicos que los rodean.

Aparte del simbolismo, este cuadro consigue reflejar e interpretar mi estilo de pintura, y al mismo tiempo evidencia mi particular manera de expresar lo que veo.





Árboles del Retiro
Óleo sobre lienzo
2015