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miércoles, 28 de diciembre de 2016

La última obra

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid

Aunque se me ha estado resistiendo, por fin estoy consiguiendo sacarla adelante. Es mi última obra al óleo. Un cuadro que he querido hacer para recordar y en cierta manera emular a aquella otra pintura  que se quedó en tierras americanas de Arizona hace ya más de veinte años, "El bosque encantado".

Este nuevo bosque no está tan encantado como aquél, pero posee más fuerza y simbolismo. Si en aquél predominaban los amarillos, en éste serán los verdes los protagonistas. Y antes de que finalice el aciago año 2016, quiero dar un impulso esencial  a este trabajo, adentrándome en un bosque nebuloso para intentar descubrir el camino que oculta.

Los colores puros de  mi pintura, ocres, amarillos, verdes,... han ido evolucionando con los años y se han intensificado, encendiéndolos todavia más en esta etapa presente. Por otra parte, nunca he tratado de copiar o imitar la naturaleza tal como es,  pues ésta es tan sublime y perfecta que es imposible de imitar. Sólo trato de reflejarla tal como yo la veo y la siento, simplificándola. Es una cuestión de sensaciones.

Mis cuadros son una auténtica reflexión sobre mi mismo.



En mi estudio 


"El bosque encantado"

jueves, 15 de diciembre de 2016

La mirada de Boira

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Boira

Llegó a casa con apenas cinco días, abandonada en un contenedor (¡cómo no!). La crié a biberón. Y creció segura entre esas manos que le daban calor y seguridad, estableciéndose entre los dos un vínculo indestructible. Todo su mundo giraba alrededor mío, nunca se separaba de mi.

El pasado mes de mayo cumplió 10 años, y durante todo este tiempo se ha ido convirtiéndose en una auténtica belleza de su especie, una gata leal, inteligente, valiente y de mucho carácter.

Y ahora, que ve que todo se está derrumbando a su alrededor, se ha convertido en extremadamente protectora conmigo. No soporta mis silencios, mis males, mis cambios, mis dolores, no quiere verme sufrir. Lleva muy mal mis ausencias obligadas, mis miedos, mis constantes enfados y mal humor, aspectos  que de un  tiempo a esta parte se han convertido en más que habituales en esta vida que es más que vida.

Se pasa todo el día detrás de mí, como alma en pena, saltando encima en cuanto tiene ocasión, como queriéndome transmitir su energía y su fuerza. Pero lo que más me conmueve es su mirada, sobre todo por las noches cuando me acuesto y me pongo a leer, y se sube y se coloca sin dilación alguna encima de mi, en el reducido hueco que queda entre el libro y mi cara. Se tumba de forma recatada y ronroneando me mira profundamente, sin apartar su mirada de la mía. Yo creo que ella sabe que lo esencial es invisible a los ojos.

No es normal que un gato te mantenga la mirada fijamente mucho tiempo, pues en su lenguaje esto significa desafío, pero ella lo hace, segura y confiada de a quien mira. Su mirada emite tranquilidad, serenidad, paz.

En esos momentos me vienen a la memoria lo feliz que era en la enorme terraza de la anterior casa, llena de plantas, donde ella solía tomar el sol, esconderse detrás de los enormes macetones de aucubas cuando regaba, trepar por el olivo o el prunus, pisar la nieve en invierno,... y atacar a las odiosas tórtolas que osaban posarse en su amada madreselva. En la nueva casa no hay terraza.

Cuando estoy en mi estudio pintando, se pasa horas y horas velando mis movimientos con los pinceles, curioseando los lienzos, los óleos, le gusta que la fotografíe con mis cuadros, hasta que se queda dormida, pero siempre con las orejas alerta detectando el menor ruido que yo pueda hacer.

Algunas personas que lean este artículo se sentirán asombradas, incluso abrumadas, con lo que escribo, y se preguntarán cómo es posible que existan unos sentimientos tan fuertes entre un humano y un gato. De seguro son personas que nunca se han dado la maravillosa oportunidad de tener en casa a un amigo gato o perro. Su incondicional lealtad, amistad y amor no tiene límites.

En fin, puede que la mirada de Boira consiga devolverme algo de esa emoción sosegada perdida hace ya mucho tiempo, ya que las esperanzas se apagaron. Porque no solamente se trata de ver, sino también de mirar.

Ahora mismo, mientras escribo, ella está tumbada en mi regazo, mirándome embobada, con las Variaciones Goldberg escuchándose al fondo...



Aprovecho la ocasión para alzar mi voz en defensa de tantos perros y gatos abandonados en nuestro país. Antes de abandonarlos piensa en la satisfacción de cuidarlos y protegerlos. Para ellos tu eres su héroe, su amigo, su mundo, y te darán tanta lealtad, amor, amistad, energía positiva, protección, bondad,... que te harán sentir una mejor persona y además reconocida. Sólo te necesitan a ti, y es bueno saber que unos seres maravillosos te necesitan sin pedir nada a cambio. No los abandones.




lunes, 5 de diciembre de 2016

Cuidadores, una palabra valiente

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Almazán


Fue un sábado del pasado mes de noviembre cuando, en un momento determinado de la tarde y sin mediar palabra, mi madre me cogió las manos, se las llevó a los labios y me las besó, y con sus ojos llenos de lagrimas me dedicó una mirada, y en ella pude ver toda la gratitud del mundo reflejada en ellos.

De alguna forma, en su mundo, ella sabe que yo estoy siempre cerca de ella, protegiéndola y velando por su seguridad y bienestar, y quizá quiso dejar constancia de lo feliz que es cuando paso unos días con ella cuidándola en Almazán.

Este es un buen momento para hablar de los cuidadores, aquellos que dedican gran parte de su tiempo y de su vida a cuidar de sus familiares en estado de dependencia, facilitándoles vivir en su entorno. Decir que son los olvidados, los incomprendidos, no tienen reconocimiento ni agradecimiento alguno, son personas exentas de galardones, que se mantienen en silencio,... pero cuando se recibe un tributo como éste de la persona a la que cuidas, es cuando realmente valoras la satisfacción personal de realizar una misión con una fuerte carga emocional. El cansancio desaparece, te sientes reconfortado y con fuerzas para seguir adelante.

Es triste decir que el trabajo de cuidador es prácticamente invisible en nuestra sociedad, son personas que viven casi en la clandestinidad, apenas se les tiene en cuenta ni por las administraciones, ni por el entorno inmediato que les rodea, no son valorados. Son personas que se dejan la piel por los que cuidan, pasando tantas noches en vela, teniendo tantos momentos de frustraciones en soledad, con inevitables secuelas físicas y psíquicas. 

Pero su trabajo es todo un ejemplo a seguir: cuidar, dar consuelo e intentar hacer feliz a los que realmente importan en esta sociedad  tan arbitraria.

Estas palabras van dedicadas a todas esas personas, anónimas en su gran mayoría, que dedican su tiempo y su vida a ayudar a los que lo necesitan, a los que no pueden valerse por sí mismos, a los que sufren, la mayor parte de las veces en entornos familiares difíciles y de gran necesidad, con pocos recursos materiales y económicos, y que sin embargo están ahí, haciendo un trabajo digno de admiración, y que nuestra sociedad se empeña en no reconocer, ni valorar.



miércoles, 23 de noviembre de 2016

Velázquez y Murillo juntos en Sevilla


Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid

Viajar a Sevilla siempre se convierte en un auténtico placer, y más teniendo como aliciente añadido la visita a la exposición "Velázquez.Murillo.Sevilla" en el Hospital de los Venerables.

Cuando supe de esta exposición, me llamó mucho la atención la idea de unir obras de Velázquez y Murillo en una misma muestra, pues a mi juicio son dos tipos de pintura bastante distintos, tanto en la técnica como en la ejecución, como asimismo en la temática elegida. Tanto sus obras como sus trayectorias profesionales fueron muy diferentes. Por eso, sentí tanta curiosidad en ir a visitarla.

Desde el primer momento percibí que las 19 obras expuestas trataban de estructurar las posibles semejanzas que pudieran tener ambos pintores sevillanos en determinados momentos de su producción pictórica, sobre todo al inicio de sus respectivas carreras, consagradas en el incomparable marco histórico y artístico de la Sevilla del siglo XVII, que en ese momento era la ciudad más rica y cosmopolita del Imperio. Y también la posible influencia que Velázquez pudiera haber ejercido en el joven Murillo.

Si bien Velázquez pintó temas religiosos y de género con un estilo naturalista en esa primera etapa de juventud, una vez trasladado a Madrid y convertirse en pintor del rey  Felipe IV, dejó de pintarlos. En cambio Murillo, afincado toda su vida en Sevilla, dedicará la mayor parte de sus pinturas a temas devotos, y a algunos cuadros de género.

Decir que me impactó profundamente el San Pedro penitente de los Venerables, de Murillo, expoliado como tantas obras de arte por las tropas napoleónicas en 1810, y de vuelta en España en 2014 comprado por Abengoa, que lo cedió a su Fundación Focus en Sevilla.

El prestigio de Sevilla se ve acrecentado con la obra de estos dos genios de la pintura universal en una exposición magnífica.



jueves, 17 de noviembre de 2016

Clara Peeters, una exposición exquisita

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid

No suelo ser una persona que me entusiasmen mucho los bodegones, es un tipo de género que no suele despertar en mi grandes pasiones, pero descubrir la frescura y exquisitez de las naturalezas muertas pintadas por Clara Peeters me ha emocionado especialmente. Sus cuadros son representaciones realistas y naturales con un elegante contraste de fondos oscuros y objetos brillantes, luminosos.

Es la primera vez que el Museo del Prado organiza una exposición sobre una mujer, que a principios del siglo XVII se dedica a la pintura, algo insólito en un mundo donde la costumbre, la ley y los prejuicios sociales no favorecían la integración de las mujeres en cualquier ámbito profesional, sometidas como estaban a estrictas normas de conducta.

Toda la información que se dispone sobre Clara Peeters procede de sus cuadros. Y nunca mejor dicho, pues en varios de ellos la pintora deja su autorretrato reflejado en diferentes objetos, como si quisiera hacerse ver, dejar constancia con discreción de su condición de mujer pintora, y al mismo tiempo afirmar su deseo de ser vista.

En este sentido llama poderosamente la atención que en uno de sus cuadros hay una copa dorada con hasta siete autorretratos reflejados en ella, en los que se distingue a la pintora sosteniendo una paleta y unos pinceles. Sencillamente maravilloso.

Sus bodegones son un tributo a la cultura material y gastronómica de su época, inspirados en los banquetes y comidas ceremoniales de las ricas y poderosas élites flamencas, y al mismo tiempo al coleccionismo de objetos exóticos y extremadamente refinados, muy en boga en aquél tiempo. Y decir también que Clara Peeters es la autora del primer bodegón con pescado que se conoce en la historia de la pintura.

Es un tipo de pintura para pararse a observarla detenidamente, dedicarle tiempo, mirar los preciosos objetos representados y recrearse en su contemplación y en su delicada ejecución. En fin, una exposición de ineludible visita.





domingo, 6 de noviembre de 2016

Inmerso en la niebla

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid

Tres planos van componiendo esta nueva obra, en la que la niebla ocupará un lugar de honor. Niebla, niebla, siempre niebla a mi alrededor... Un bosque nebuloso va surgiendo de mis pinceles, queriendo plasmar más que nunca el momento actual, en el que la luz se difumina en aras de un desdibujado horizonte que parece no tiene fin.

Emociones encontradas, momentos perdidos, tiempo acabado. Todo tiene cabida en el tumultuoso camino de la vida. Los bosques, los árboles, siempre han formado parte de mi pintura, desde mis más tempranos inicios, árboles desnudos cargados de simbolismo levantándose sobre imposibles horizontes ocres matizados de una luz crepuscular, viejos troncos doblados por el tiempo y poblados de grisáceas telas de araña, pomposos árboles cargados de una verde explosión típica de los inicios del verano, otoñales siluetas recortando el cerúleo y  helado cielo castellano,... todos son mudos testigos de una vida.

Por eso quiero que en esta nueva pintura la niebla sea protagonista absoluta, aunque esté en el plano final, poblado de siluetas sinuosas que simplemente han pasado sin dejar huella, y dejando en un primer plano a los verdaderos protagonistas encubiertos.

Ardo en deseos de verla acabada, aunque la técnica, la dedicación y la perfección con la que pinto mis obras requieren de un tiempo y una paciencia que ya no tengo. Ya veremos.





miércoles, 26 de octubre de 2016

La impresión en Renoir

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid

Si hay algo que llama poderosamente la atención cuando contemplas la pintura de Renoir es, por una parte, ese dejarse llevar por el motivo que pinta y sobre todo por el ambiente en que se haya, y en segundo lugar, que las mujeres han sido, sin duda, las protagonistas indiscutibles de toda su trayectoria pictórica.

Esto es algo que puedes comprobar visitando la magnífica exposición que ha organizado el Museo Thyssen en Madrid sobre la figura de Renoir, centrada en el tema de la intimidad, despertando, como dicen ellos, la imaginación táctil del espectador.

La obra de Renoir se desarrolla a lo largo de más de cincuenta años, y esta exposición hace un recorrido cronológico sobre ella basándose en diversos temas, desde el impresionismo inicial hasta las bañistas de sus últimos años.

Me gustaría dar especial relieve a su periodo impresionista (de 1869 hasta los primeros años ochenta), la del pintor del plein-air, cuando salía a pintar al aire libre para captar la atmósfera que imperaba en un determinado lugar, percibir el momento, captar la impresión visual.  El almuerzo de los remeros, Pareja paseando o Después del almuerzo, presentes en esta exposición, son iconos de este tipo de pintura.

A partir de los años noventa se puede apreciar un cambio en su pintura, fue entonces también cuando Renoir empezó a sufrir fuertes ataques de reumatismo que le atormentaron continuamente hasta su muerte en 1919, produciéndole deformaciones en las manos, inmovilizaciones continuas de los brazos, paralizacion de las piernas. En 1911 se ve obligado a usar una silla de ruedas y hasta había que colocarle el pincel entre sus encogidos dedos vendados.

 Pero a Renoir lo único que le importaba era seguir pintando... hasta el final.



Buscando en el viejo desván de la casa de mis padres en Almazán, encontré esta obra que pinté a la cera sobre cartulina cuando apenas era un adolescente. Es una copia de un cuadro de Renoir titulado Dos mujeres en la calle (1876). 
Eran momentos de descubrimientos en mi pintura.




lunes, 3 de octubre de 2016

Caravaggio inmortal

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid

Acaba de cerrar sus puertas una magnífica exposición en Madrid, la que ha llevado a cabo el Museo Thyssen sobre la figura de Caravaggio y su influencia en los pintores del Norte de Europa. Estaban presentes doce obras maestras de este genio de la pintura, símbolo clave del barroco italiano.

El carácter innovador de su pintura influyó decisivamente en el arte del siglo XVII, a pesar de que Caravaggio nunca tuvo taller como otros grandes pintores, ni reunió a un grupo de discípulos que le siguieran. Su influencia se debe a lo revolucionariamente moderno de su creación, al impacto que su trabajo causó.

Atento a la realidad del momento, Caravaggio no dudó en pintar a chicos de la calle, prostitutas y mendigos como figuras bíblicas en sus cuadros. Fue un provocador.

El dramático clarooscuro y el fuerte naturalismo de sus representaciones, junto a las cuidadas y teatrales estructuras compositivas hacen de este pintor un auténtico mito icónico de la historia de la pintura. Mi mirada se detiene asombrada ante esos vigorosos moldeados de clarooscuros que parecen salir del cuadro, estableciendo una conexión total entre el espectador y la obra.

Su inestable y polémica vida a dado lugar a numerosas teorías y creencias acerca de significados ocultos y simbólicos en sus pinturas. Existen varias interpretaciones, a veces contrapuestas, sobre la figura de Caravaggio y sobre la intención real del pintor al ejecutar sus trabajos.

A mi entender, lo mejor es contemplar sus obras.  Hablan por sí solas. En ellas puedes encontrar el verdadero espíritu de Caravaggio.




En  la Gemäldegalerie de Berlin este verano, delante de uno de mis cuadros favoritos de Caravaggio: "Amor Victorioso".



viernes, 23 de septiembre de 2016

Times of change

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Almazán

Siempre existen momentos para meditar, momentos para compartir, momentos para comenzar, momentos para continuar, momentos para dudar, ... el tiempo inexorable no se detiene, siendo el germen perfecto para la melancolía.

La creatividad siempre llega pese al dolor, y aunque los perfeccionistas estamos llamados a la extinción, pues ya no somos útiles, ni prácticos, seguimos intentándolo a pesar del triunfo del mal gusto y lo grosero. Por eso tratamos de tirar ciertas cosas que pueden lastrar nuestras vidas y mostrarnos más perseverantes en la consecución de nuestras ideas y anhelos más profundos.

Metafóricamente hablando, ultimamente me siento como Atlas, soportando todo el peso del globo esférico entre mis hombros, intentando alejarme de pensamientos arbitrarios para poder estimular mi concentración mental, y plasmarla en la consecución de mi propio mundo interior mucho más elaborado, proyectándolo así a mis pinturas. Que te hagan pensar y soñar.

Son tiempos de cambios.




lunes, 29 de agosto de 2016

El promontorio

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid


Esta obra ha significado desde su comienzo un cambio constante de perspectivas y de contenido, fruto de los continuos contratiempos y avatares que la vida que me ha ido obsequiando durante estos últimos meses 

En su inicio, la composición era un campo extenso desde el horizonte hasta el primer plano con una pequeña encina a la izquierda. Después surgió de improviso la idea del promontorio, con un olivo solitario y cierta aridez en el terreno en el primer plano, amortiguada por la irrupción de un manto floral y al mismo tiempo un fundido de verdes y amarillos en la distancia.

Es una pintura complicada, teñida de sensaciones encontradas y muy diversas. En su aparente sencillez no deja indiferencia alguna al contemplarla, al contrario, te permite llegar a algún lugar lejano de unos sentimientos hace tiempo abandonados.

Os presento "El promontorio", obra realizada al óleo sobre lienzo con diferentes texturas.  



"Art is never finished, only abandoned"

viernes, 12 de agosto de 2016

La belleza habita entre nosotros

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid

Sorteando las eternas obras que siempre "decoran" la ciudad de Berlín, conseguí adentrarme en la Museuminsel, la isla de los museos berlineses. Rodeado de imponentes y elegantes arquitecturas, junto al impresionante contenido atesorado en todas ellas, este complejo museístico es tan fascinante como abrumador.

Mi meta era una bien clara, visitar el Neues Museum para encontrarme cara a cara con el busto de la Gran Esposa Real de aquel Faraón hereje que se hizo llamar Akenatón, la legendaria Reina de Egipto Nefertiti, "la bella ha llegado".

Entrar en la sala de la cúpula norte del museo y admirar el busto de esta Reina fue un momento mágico, incomparable, indescriptible, superando todas las expectativas posibles, y que ha supuesto un punto de inflexión decisivo en mi consideración del concepto de belleza en el arte. Es la obra de arte más bella que he contemplado en mi vida. Estaba frente a la belleza perfecta.

La armonía del conjunto, la simetría insuperable de su contorno, los delicados colores, los rasgos impecablemente bellos, el misterio que aureola el busto, hacen de esta obra de arte el compendio universal de la perfección y la sencillez, sobre todo tratándose de una obra del siglo XIV a C. Su autor tuvo que estar tocado por algún favor divino parar conseguir tanta belleza en un simple trozo de piedra caliza y estuco.

Preso de una intensa emoción, fui rodeando el busto acristalado constantemente, pues no quería perderme ni un solo detalle del mismo, los pliegues de sus labios, las arrugas de sus ojos, los tendones del cuello, el tono sutil de su piel,...Volví varias veces a la sala para contemplarla de nuevo, es como si no quisiera que ese momento terminara.

Tantos museos recorridos en tantos países, y fue en Berlín donde encontré la belleza perfecta.


Frente al Neues Museum
Julio 2016

martes, 21 de junio de 2016

Lo irreal inunda el Prado

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid

Seres fantásticos e irreales se mueven por algunas salas del Museo del Prado, habitantes de mundos imposibles e indescifrables, fuegos infernales y paraísos inquietantes, mensajes ocultos,... nada te deja indiferente. Me refiero a la magnífica exposición de "El Bosco". El museo nos presenta la mayor concentración de obras maestras que se han reunido jamás hasta hoy de este visionario pintor holandés.

Recorriendo las salas de esta exposición te vas sumergiendo en un intrincado mundo imaginario de visiones extrañas, con un fuerte contenido satírico-moral, producto de un elaborado proceso creativo y una originalidad que raya lo inimaginable, sobre todo por tratarse de un artista que a finales del siglo XV dejó patente una capacidad de invención y una imaginación desbordante más propios de tiempos modernos que de las postrimerías de la Baja Edad Media, plasmando en imágenes los propios miedos del hombre medieval.

Todas y cada una de las obras de la exposición requieren una atención absoluta y un exhaustivo detenimiento de observación, pero me detuve especialmente en dos dibujos, "El hombre-árbol" y "Nido del búho", dos auténticas obras maestras de tinta a pluma con un fuerte contenido simbólico.

Una exposición única e irrepetible de inexcusable visita.


lunes, 23 de mayo de 2016

Buscando respuestas

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

Inmerso en una maraña de lienzos nuevos, intentando resolver el tiempo que se va, buscando significados y respuestas que no llegan, vivirlo todo en un instante, aun sabiendo que no es suficiente...

Reencontrarme de nuevo, reinventarme una vez más, cada vez que retomo los pinceles y me embadurno de pintura, alimentando unas tela blancas y sintiendo una fuerza creadora que lo devora todo, y  al mismo tiempo, impaciente, intentando apreciar las excesivas preguntas en sí mismas.

Poner en marcha una maquinaria a veces demoledora, desoyendo a la realidad, supone una toma real de conciencia de forma definitiva, a sabiendas que la singularidad de mis obras requieren otro tipo de concentración más afín con mi carácter y mi condición autodidacta.

Transmitir sensaciones y no sólo imágenes ha sido siempre una meta esencial en mi pintura, buscando la verdadera creatividad que surge de mi interior, aunque lamentablemente muchas veces pasa desapercibida, convirtiéndose en una mera percepción estética.

Quizá algún día encuentre respuestas.


miércoles, 11 de mayo de 2016

Libros

Eduardo Beltrán y Garcia de Leániz / Madrid


Desde los primeros libros escritos en barro o en tablillas de cera hace cinco mil años, ha habido un gran recorrido histórico hasta llegar a los libros tal y como los conocemos hoy en día.

Ya desde nuestra más temprana edad los libros forman parte de nuestra vida, nos acompañan, nos ayudan a crecer, a sentir, a soñar, nos permiten conocer otros mundos, otros pensamientos, convirtiéndose en una de las principales fuentes de conocimiento. Son el alma de nuestra cultura humana.

Por ello, he querido plasmarlos en estas dos obras pintadas al óleo sobre tabla, reflejando dos periodos históricos diferentes, en las que se aprecia la evolución del tiempo en su soporte, pero no en su contenido.

El fuerte contraste entre uno y otro cuadro es evidente, desde el color ambarino y envejecido de los cantorales manuscritos de monasterio, hasta los colores luminosos y heterogéneos de unos modernos ejemplares actuales. Una personal forma de resaltar el saber a través del arte de la pintura.

"Libri medullitus delectant, colloquuntur, consultunt, et viva quaddam nobis atque arguta familiaritate junguntur." (Los libros deleitan hasta lo más profundo, dialogan con nosotros, nos asesoran, y están ligados a nosotros con una intimidad viva e intensa.)




lunes, 18 de abril de 2016

Bocetos arbóreos

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid





Dibujar árboles siempre es una escusa excelente para escapar de una realidad harto desconsiderada. Trazar las primeras líneas y sentir como van cobrando forma sus variopintas estructuras leñosas se convierte en un placer de hacer algo que realmente te cautiva.

Además me gusta fusionar lo real con lo imaginario, tratando siempre dar un punto  de vista único, una manera diferente de ver las cosas.


Esta serie de dibujos se compone inicialmente de doce bocetos arbóreos, que van cobrando vida poco a poco en los escasos intervalos que la pintura de mis nuevas obras me lo permiten. 

De líneas apretadas o más sueltas, incluso líneas puras, intento trasmitir emoción al que los contempla.




lunes, 4 de abril de 2016

Saber mirar es saber amar

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Almazán

Hay algo especial en esta villa cuando paseas por ella en días lluviosos, y sobre todo si lo haces a través del camino que discurre al lado del río, contemplando esos árboles inclinados, doblegados por la fuerza del viento y el empuje de las aguas del Duero, y observando el bonito colorido que la humedad proporciona a las piedras de sus edificios históricos, mientras te sientes envuelto por el trinar de las aves a tu alrededor.

Han sido días en los que el aire fresco de la mañana y la luz etérea difuminando el ambiente me han proporcionado una fuerza especial que ha permitido que mi misión en la villa fuera realmente maravillosa, a pesar de ciertas injerencias externas no deseadas.

Aunque cuidar de una madre no es una  misión para mi, sino un vínculo ancestral de amor, es un placer y un honor que me llena de orgullo y satisfacción por dedicarle mi tiempo ahora y durante los últimos diez años en que ella vive en su mundo. Nunca he sido avaro con mi valioso tiempo por lo que respecta a mi madre, aunque las arrugas de mis ojos tienen mucho que ver con la soledad e incomprensión que he recibido durante todo esta larga etapa.

Y los escasos momentos de lucidez en que ella te dedica unas palabras o una sonrisa, se convierten en uno de esos instantes mágicos con los que te obsequia la vida de vez en cuando y que te llenan de felicidad, y que muchas otras personas se pierden por su soberbia y falta de generosidad. 

Han sido días en los que las nubes han teñido el cielo de gris, otros en que los cielos azules lo inundaban todo, pero todos ellos han sido memorables, llenos de admiración y gratitud hacia una persona luchadora que sigue desafiando al tiempo.

Estos días he sido como un náufrago en la playa de la vida. 

Porque saber mirar es saber amar.






martes, 29 de marzo de 2016

Personas tóxicas

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Almazán

¿Es posible que ni el tiempo, ni las desgracias, ni los errores ni reveses que nos da la vida hagan mejor a las personas, si no que al contrario, las hace todavía peores? Claro, estoy hablando de las personas tóxicas: aquellas que intentan que veas lo peor de la vida, aquellas que disfrutan con el mal y con las desgracias ajenas, las que critican y hablan mal de los demás constantemente y sin motivo, las que se alegran viéndote sufrir, las que lanzan calumnias sin fundamento, las personas falsas, egoistas y manipuladoras, las que hacen de la mentira su forma de vida, las que quieren destruirte por pura envidia, las buscadoras de codicia, las que quieren que caigas a toda costa, las que odian la verdad y la justicia, las que no reconocen la bondad, los valores y los méritos de los demás, aquellas que no soportan tus triunfos y tus desvelos, aquellas que no agradecen ni reconocen nada, aquellas personas soberbias y materialistas que sólo piensan en sí mismas, aquellas que sólo tratan de arrastrarte a su inframundo, aquellas que persiguen tu ruina, las que se alegran de tu dolor sin compasión, las que no hacen nada y encima se quejan de todo, las que confunden y falsean,...

En fin, mal vamos si alguna de estas personas está a tu alrededor. Su influencia nefasta puede reducirte a cenizas, a menos que sepas mantener la calma y no dejar que contaminen tu mente y tu alma con sus sucios enredos.

Terminaré diciendo que las injusticias se pagan, el dolor se supera, el coraje te levanta, los errores te enseñan y sobre todo, que la verdad y la justicia siempre prevalecen.

martes, 8 de marzo de 2016

Cantorales

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid


Entrar en una sala en la que la oscuridad lo inundaba todo, y descubrir tras una puerta abierta al pasado algunos ejemplares bibliográficos conservados durante siglos me hizo sentir la necesidad de plasmar ese instante en uno de mis cuadros, empezando por un boceto a lapicero.

Intentar trasmitir la magia del momento, preservando el color y la luz que presumo podría existir en esos monasterios, ha sido el motivo que me ha impulsado a pintar esta obra, en consideración a tantos hombres de fe que a través de los siglos los han escrito, iluminado y  conservado para que llegaran hasta nuestros días.

La sola penumbra del lugar ya hacía rememorar tiempos pasados, y escoger alguno de esos viejos volúmenes para pintarlos ha supuesto un sensorial placer en su estudio y ejecución.  He querido que fuera algo diferente a lo que suelo pintar tanto en la forma, como en el soporte, como en la técnica, tratando de captar  una cierta decadencia visual del paso del tiempo.

Es una obra pintada al óleo sobre madera, en la que los colores marrones imperan por necesidad. Algunas licencias me he tomado respecto a su enclave original que confieren identidad a mi forma particular de pintar.



Cantorales
Óleo sobre tabla
2016


Boceto estudio preliminar a grafito

viernes, 4 de marzo de 2016

El retrato de Ingres en el Prado

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid


Después de visitar la exposición de Ingres en el Museo del Prado, una sensación de serenidad y equilibrio se manifiesta en mi camino de vuelta a casa. Satisfacción por haber compartido unos momentos de entusiasmo contemplando la obra de este asombroso pintor francés, para el que la búsqueda de la belleza ideal se había convertido en el principal motor de su pintura.

Ingres fue ante todo un gran retratista, aunque muy a pesar suyo, pues el retrato era una disciplina que a él no le gustaba. Sin embargo, sus retratos son referentes de la Historia del Arte, en los que la perfección y el cuidado exquisito de líneas nos hacen emocionar al contemplarlos.

Observar con detenimiento el poder contundente de los retratos de El señor Bertin, La señora Moitessier o el de La condesa d'Haussonville te hace ver hasta qué punto Ingres buscaba la excelencia absoluta. Además, su pintura compagina al mismo tiempo la elegancia y belleza de los modelos clásicos junto a un afán de modernidad. . 

Me detengo especialmente en sus dibujos, una clase magistral de líneas puras a grafito, en las que se puede apreciar la grandeza artística y la potencia expresiva de este pintor.

Gracias al Museo del Prado por esta magnifica exposición que nos permite contemplar reunidas en Madrid todas las mejores pinturas de Ingres.




Madeleine Ingres con un tocado de flores
París, Musée du Louvre



martes, 9 de febrero de 2016

Una mirada a través de la ventana

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid


A pesar del sol radiante, en el horizonte ya se atisban los primeros indicios de una gran tormenta de nieve, espesas concentraciones de nubes van difuminando poco a poco las formas más elevadas de las montañas de la Sierra de Gredos.

Desde el bosque me llegan los susurros del viento entre las copas del los pinos, esparciendo mil olores que evocan momentos perdidos de juventud.

Y desde esa ventana abierta al infinito observo la enormidad de este mágico entorno, seducido desde el primer momento por la belleza y la paz que allí se respira, lejos de la siempre bulliciosa Madrid. Un respiro en el tiempo.

Mi primer impulso fue plasmar el momento en mi cuaderno de viaje, explorando y dibujando el paisaje que tenía enfrente, agotando el grafito de mis lapiceros al límite.

Más tarde sentiría el contacto físico, buscando las sendas de este bosque de alta montaña, donde el equilibrio permanece inmutable. Y pisar la espesa capa de nieve caída durante la noche, sentirla en mis manos, descubrir las huellas de un corzo, el trino de algún pájaro, los cencerros lejano del ganado, presencias esquivas del lugar, me hacen sentir privilegiado.

Varios esbozos y apuntes han surgido de este viaje, que de seguro se convertirán en obras futuras.